“Congruencia en lo individual, es poder en lo colectivo”.
¿Qué debes hacer si ya recibiste tu cuadro completo de vacunación y han pasado por lo menos 15 días desde tu segunda dosis?
La respuesta es simple: seguirte cuidando.
Si ya te aplicaron el cuadro completo de vacunas -las dos dosis que la comprenden, cuando así sea el esquema-, tienes un alto nivel de protección en contra de COVID-19.
Sin embargo, no te confíes: Estar vacunado no representa un “riesgo cero”. Las vacunas son efectivas en contra de la enfermedad sintomática, no obstante, si te confías o bajas la guardia, es posible que puedas enfermarte.
Y sí, aunque podrás evitar desarrollar un cuadro grave, la hospitalización y la muerte por COVID-19, también podrías contagiar a alguien que no esté vacunado.
¿Por qué hay países donde se han relajado medidas como el uso del cubreboca?
Es verdad que hay países donde se han permitido comenzar a relajar algunas medidas como el uso del cubreboca. Pero no te confundas, ello es porque su porcentaje de población vacunada ya rebasa al porcentaje de las personas que no se han vacunado.
Sin embargo, en nuestro país no es así; en nuestro estado tampoco. El número de personas no vacunadas sobrepasa al número de personas que ya recibieron su vacuna.
“Cada capa cuenta”
Sigue aplicando todas las medidas de prevención sanitaria que ya conoces, especialmente el uso del cubreboca, la sana distancia, el lavado continuo de manos, ventilar adecuadamente nuestros espacios y, en la medida de lo posible, evitar salidas y reuniones innecesarias.
La lógica es simple: si a tu vacunación, sumas tus cuidados, evitarás contagiarte y contagiar a aquellas o aquellos que aún no han recibido la vacuna o que recibieron una sola dosis.
Juntos hemos aprendido que la suma de muchas estrategias combinadas, es el camino para cerrarle la puerta al virus.
Cada capa cuenta: hoy ninguna medida de protección se considera única e infalible por sí sola, en ninguna parte del mundo; seguir una sola de ellas de nada sirve, si no está acompañada por las demás: vacuna, sana distancia, lavado de manos, cubreboca, se complementan entre ellas para reducir nuestro riesgo y, así, disminuir el riesgo de toda una sociedad.
Recuerda que, en una reunión, en el trabajo, en el transporte público, en casa, aún puede haber alguien que no esté vacunado. Estos descuidos ya han causado en otros países re-brotes y saturación de hospitales.
Analogía
Imagina que te encuentras en un semáforo para peatones que está en rojo, mientras estás esperando para cruzar la calle. Al lado de ti se encuentra un grupo de personas de distintas edades, niños incluidos. El semáforo sigue en rojo, pero no viene ni un solo coche, en ningún sentido, ni cerca, ni a la distancia.
A pesar de sientes una gran tentación por cruzar y ganar tiempo, finalmente resistes y esperas minutos hasta que el semáforo cambia a verde y; y entonces todos cruzan, sin dejar a nadie atrás.
De entrada, nadie cruzó porque es el deber ser. Nadie cruzo, porque había niños parados ahí y es importante darles el ejemplo de «qué es lo que se debe hacer» para que los niños, que son más vulnerables, o se pueden distraer, no se crucen tampoco cuando estén solos y no haya accidentes.
Así los niños aprenden de la conducta de los adultos.
Los más vulnerables aprenden de los menos vulnerables.
Ahora entiendes por qué debes seguir cuidándote. Si ya obtuviste tu cuadro completo de vacunas y pasaron más de 15 días de tu segunda dosis, sigue usando tu cubreboca y aplicando el resto de las medidas santiarias que ya conoces.
En Querétaro, tu esfuerzo de cada día sigue siendo fundamental.
Vacúnate y sigue cuidándote.
fuente: Redacción Local