Expertos afirmaron que este acervo ocupa un espacio inseguro, por lo que el INAH debe apresurar su resguardo en el Museo Nacional de Antropología
CIUDAD DE MÉXICO.
Investigadores y promotores culturales hicieron un llamado a Diego Prieto Hernández, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para revisar la situación del Archivo Técnico de la Coordinación Nacional de Arqueología del instituto –también llamado Archivo Nacional de Arqueología–, debido a que permanece, desde hace dos años, en una sede temporal sin las condiciones adecuadas.
La situación persiste pese a que, en 2018, el coordinador Nacional de Arqueología, Pedro Sánchez Nava, prometió que este acervo ocuparía una sede temporal para luego ser despositado en un espacio definitivo en el Museo Nacional de Antropología (MNA), a partir de lo cual se realizaría el expediente de su candidatura para inscribirlo como Memoria del Mundo en la Unesco. Pero esto no sucedió.
El archivo fue extraído del Palacio del Marqués del Apartado, ubicado en el Centro Histórico, donde se proyectó un ambicioso museo, el cual no fue concretado, y dicho material fue depositado, temporalmente, en el edificio de Avenida Revolución 1900.
Sin embargo, dicho espacio “no cuenta con las características necesarias para el adecuado resguardo de un acervo documental, mucho menos para un volumen conformado por materiales de la relevancia y fragilidad como los de este archivo”, indica el dictamen realizado, en 2018, por investigadoras del INAH como Luz Marlenne López Torres, Aura Ortiz Garnica, Diana Cardona Ramos y Bernarda Díaz Villanueva, el cual fue obtenido por Excélsior.
El dictamen fue enviado a la recién creada Secretaría de Cultura federal y aclara que el inmueble es de tipo industrial y es destinado a depósito o bodega, y se ubica cerca del Río Magdalena, ahora entubado, “aunque sí representa un riesgo de inundación evidente”.
Además, señala que éste colinda con un restaurante que, en el mediano plazo, podría ser fuente de plagas y animales rastreros, sin dejar de lado que registra un riesgo ante las instalaciones de gas, y abunda que en su techo se observan ductos de agua y señales de escurrimientos en su interior.
Por último, observa que en el piso de dicho inmueble existen registros de drenaje, los cuales tienen su tapa, pero representa “un riesgo latente de inundación por aguas negras en caso de lluvia intensa”
RIQUEZA DOCUMENTAL
Este diario conversó con el historiador e investigador Iván Franco, quien habló sobre el valor del archivo.
Si bien se centra un poco en la historia de la arqueología, este registro documental tiene que ver con el surgimiento de la discusión en torno al patrimonio cultural”, expresó.
Aunado a esto, su historia data de 1885, por lo que si algo caracterizó a México en cuanto al registro de lo que fue su inicio de actividades arqueológicas es que éste tiene más o menos un siglo de investigación”.
Sin embargo, dijo, no se trata de un archivo técnico sin valor. sino que podría ser visto como la aportación universal de México a la disciplina arqueológica, con sus fondos especiales de investigadores mexicanos y extranjeros que investigaron en México, acompañados de libros, mapas, fotografías históricas, planos, dibujos y documentos con firmas autógrafas, como la del expresidente Porfirio Díaz. Digamos que es un acervo con una riqueza impresionante y una de las memorias más importantes con 130 años de registro constante”, apuntó.
RIESGO LATENTE
Por su parte, el promotor cultural Arturo Saucedo coincidió en que el riesgo de este archivo es latente y urgió a que Diego Prieto tenga la voluntad política para llevarlo a su sede definitiva en el Museo Nacional de Antropología (MNA).
Se trata del archivo arqueológico más importante del continente americano. Ahí está depositada la memoria de grandes descubrimientos de la arqueología mexicana, como el de la reina Roja, localizado en el Templo XIII de Palenque, Chiapas, así como las diferentes fases de exploración y de investigación en Teotihuacan y de grandes espacios arqueológicos como Calakmul, entre miles más de hallazgos”.
Sin embargo, existe un riesgo importante al no contar con una sede en la cual se puedan tener el control de temperatura, humedad y de seguridad, o que impida ser afectado por algún fenómeno meteorológico”, añadió el experto en patrimonio.
Por lo que es importante no perder de vista el tema en este momento en que las condiciones del presupuesto son desfavorables, aunado a la incuria y el olvido que, son factores que podrían afectar nuestro patrimonio cultural”.
Además, aseguró que en momentos como éste “lo prioritario pasa a segundo plano ante la falta de recursos. Así que es importante que se identifique a este archivo arqueológico, el cual se encontraba en el edificio del Marqués del Apartado, y señalar la necesidad de consumar el proyecto de su traslado al Museo Nacional de Antropología (MNA) y concluir el proyecto de adecuar el espacio con las condiciones para su resguardo y protección”.
¿En qué consiste el problema para lograr su ubicación definitiva?, se le preguntó a Saucedo. “Es una cuestión de voluntad política que está en manos de Diego Prieto y de la Coordinación Nacional de Archivos”.
Pero esto no puede seguir así, porque en determinado momento podría suceder un fenómeno meteorológico de grandes dimensiones, el descuido en las instalaciones eléctricas o la falta de mantenimiento”.
¿Por qué aún no se ha realizado el traslado al MNA? “Hay cosas absurdas como que ese espacio está ocupado por trabajadores (de base) desde hace una década en el Museo Nacional de Antropología, o cosas que finalmente dependen de una negociación política y de una voluntad para darle prioridad a este asunto. Lo preocupante es que observamos institutos federales omisos ante temas nacionales”, concluyó.